Información general

Descripción
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Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o enfermedades venéreas son diferentes trastornos de salud que se producen debido a la infección por distintos microorganismos vivos, como virus, bacterias y otros parásitos, que se transmiten de una persona a otra a través de las relaciones íntimas o sexuales.

Actualmente se utiliza el término "infecciones de transmisión sexual" (ITS), ya que muchas de estas infecciones ya no llegan a desarrollar una enfermedad o trastorno de salud gracias a que se pueden diagnosticar y tratar antes de que aparezcan los signos o síntomas.

Estos trastornos de salud no solo afectan a los órganos sexuales, sino que pueden afectar a todo el organismo.

En la mayoría de las infecciones de transmisión sexual (ITS), estos microorganismos se encuentran localizados en los órganos genitales, así como en el ano y la boca, en sus secreciones (saliva, flujo vaginal, etc.) y en la sangre.

La manifestación de estos trastornos de salud es muy variable según cada infección. Hay algunos que se manifiestan de forma inmediata; otros permanecen asintomáticos y lo hacen con el paso de los años, y algunos se resuelven por sí solos sin manifestarse nunca, pasando desapercibidos.

Algunos de estos trastornos de salud se curan fácilmente y otros perduran en el tiempo o incluso pueden provocar la muerte.

Tienen en común la vía de transmisión, en este caso sexual, ya sea con o sin penetración, tanto de órganos genitales, por vía anal u oral. En algunos casos, como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), también se pueden contraer a través de la sangre. Para contraer la infección debe haber un intercambio de fluidos, como semen, secreciones vaginales o secreciones uretrales y, en algunos casos, sangre, con la persona infectada. También puede haber contacto de las lesiones afectadas con el tejido sano de la otra persona.

Históricamente, la forma de prevenir esta transmisión ha sido mediante el uso de métodos de barrera, como el preservativo masculino. Actualmente existen otros métodos para prevenir el contagio de algunas de las ITS.

La gravedad de los diferentes trastornos de salud que se producen debido a las ITS es muy variable. En algunos de los trastornos, la curación no evitará posibles reinfecciones futuras si se mantienen las conductas de riesgo.

Se ha demostrado que las ITS tienen una relación íntima con el estilo de vida de la persona, especialmente en lo que respecta a la sexualidad. Para evitar la infección, o el empeoramiento de la misma si ya se tiene y es crónica, se puede lograr un buen control de los síntomas mediante buenos hábitos sexuales y de vida en general. También es recomendable llevar a cabo una correcta alimentación, hacer ejercicio y actividad física y aprender a gestionar las emociones y las relaciones interpersonales, entre otros. También hay que tener en cuenta que el consumo de sustancias tóxicas, como las drogas ilegales, el tabaco y el alcohol, hábitos como el sedentarismo o un alto grado de estrés influirán negativamente en su evolución.

En cuanto al aspecto psicoemocional, las ITS tienen un impacto muy grande en el autoconcepto y la autoestima de la persona. Se ha observado que pueden provocar aislamiento o la sensación de rechazo social, ya sea por el estigma que acompaña a cualquiera de ellas o por la no aceptación de las mismas. Por otro lado, la desinformación puede llevar a una incomprensión por parte del entorno.

El diagnóstico precoz y la curación o el buen control de la enfermedad, en el caso de aquellas que se vuelven crónicas, serán muy importantes para evitar un empeoramiento general o enfermedades asociadas a la infección.

Algunos de los trastornos que se transmiten estrictamente por vía sexual, es decir, por las secreciones de los órganos genitales, son:

  • Hepatitis B
  • Herpes genital
  • Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)
  • Verrugas genitales por papiloma humano
  • Sífilis
  • Gonorrea o gonococia
  • Clamidia o linfogranuloma venéreo
  • Tricomoniasis
  • Infecciones bacterianas causadas por Ureaplasma urealyticum y Mycoplasma hominis
  • Enfermedad inflamatoria pélvica
  • Donovanosis o granuloma inguinal

Otras enfermedades en las que la vía sexual es indirectamente una vía de transmisión:

  • Hepatitis C
  • Sarna o escabiosis
  • Pediculosis púbica o ladillas

Historia
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A lo largo de la historia, las ITS no solo han tenido implicaciones para la salud individual, sino también sociales y económicas. En ciertos momentos de la historia se han considerado castigos divinos por actos inmorales, así como una oportunidad de penitencia para redimir los pecados. En otros, han ido acompañadas de un gran estigma social.

En todo momento han afectado a personas de todo tipo de clase social y económica y de raza por igual. Por esta razón, estos trastornos de salud se han utilizado en ocasiones para provocar cambios sociales, religiosos y políticos con el intento de avergonzar a las personas públicas e influyentes que los han sufrido, por sus connotaciones morales.

Algunos de los trastornos de salud derivados de las diferentes ITS se han cruzado a lo largo de la historia, incluso confundiéndose entre sí. Otros, sin embargo, han protagonizado una evolución bien diferenciada a lo largo del tiempo.

A continuación se explica la evolución histórica de los diferentes trastornos de salud derivados de las ITS y los métodos de barrera utilizados: 1. Gonorrea o gonococia y sífilis, 2. SIDA, 3. Hepatitis víricas, B y C, 4. Verrugas genitales por el virus del papiloma humano, 5. Herpes genital, 6. Clamidias, 7. Tricomoniasis, 8. Sarna o escabiosis, 9. Pediculosis púbica o ladillas, 10. Ureaplasma y micoplasma, 11. Métodos de barrera.

 

1. Gonorrea o gonococia y sífilis

Dos de los trastornos que han tenido interés en la historia de la medicina por sus connotaciones individuales y sociales son la gonococia o gonorrea y la sífilis. Estos han causado epidemias y han afectado a grandes masas de población en todo el mundo a lo largo de la historia de la humanidad.

Se han encontrado descripciones de un trastorno de salud como la gonococia o gonorrea en tratados médicos chinos de hace 4500 años, escritos durante el reinado del emperador chino Ho-Ang-Ti, así como recomendaciones para la higiene sexual en el siglo III a. C. En Egipto, en el papiro de Brugsch del 1350 a. C., donde también aparece la descripción del mismo trastorno, y en el papiro de Eberth, donde se describe la uretritis aguda o inflamación de la uretra. La Biblia, en el Levítico y Moisés, también los describe, relacionándolos con la práctica sexual y hablando de su capacidad de contagio.

El Código de Hammurabi (2250-2200 a. C.), donde se establecieron las leyes de Babilonia basadas en el orden sumerio, contenía la descripción de una enfermedad similar a la sífilis, llamada "bantú".

Hipócrates, padre de la medicina, describió en el 460 a. C. los trastornos relacionados con la práctica sexual, llamándolos "estranguria". En Roma tenían el nombre de "morbus incidens" y utilizaban preservativos hechos con tripas de animales, llamados "camisa de Venus", para prevenirlos. En los tratados médicos árabes también se hablaba de trastornos relacionados con el acto sexual, denominados "coitos com inmundis", en los que la práctica sexual se relacionaba con algo inmundo.

Galeno, médico, utilizó en el año 200 d. C. por primera vez el nombre de gonorrea.

Avicena (980-1037), médico, científico y filósofo, autor del "Canon de la Medicina", considerado la biblia médica medieval, detalló las posiciones coitales que causaban este tipo de trastornos.

En la Edad Media, se utilizaban muchas palabras para nombrar a las dolencias relacionadas con las prácticas sexuales.

Durante el s. XI, Trotula de Ruggiero, médica italiana considerada la primera ginecóloga occidental, describió la gonorrea o gonococia, así como la sífilis, pero en la época medieval se creía que la gonorrea era una de las manifestaciones de la sífilis.

Guglielmo da Saliceto (1210-1277), médico italiano y escritor de textos sobre medicina quirúrgica, habló de la importancia de la higiene genital después del coito. Esta práctica también fue recomendada posteriormente en otros tratados médicos por otros médicos italianos del s. XIII.

Por otro lado, los aztecas ya trataban en el año 1325 las enfermedades venéreas con fitoterapia, así como muchos otros trastornos de salud. Estos remedios fitoterapéuticos se utilizaron más tarde en la farmacopea occidental.

Pietro d'Argelata (¿?-1423), médico italiano considerado el mejor cirujano del siglo XIV, que en 1410 realizó una autopsia al papa Alejandro V, también habló sobre la sífilis.

El médico y poeta italiano Girolamo Fracastoro (1478-1553) escribió sobre el origen de las infecciones de transmisión sexual a partir de un poema en el que llamaba "Syphilo" a un pastor que fue castigado por llevar una vida inmoral y que sufrió una terrible enfermedad como castigo.

A finales del siglo XVI, Jacques de Béthencourt, médico francés, fue quien llamó por primera vez a estos trastornos "enfermedades venéreas", donde "Veneris" proviene del nombre latino de Venus, la diosa romana del amor. En 1527 publicó el libro "Nuevo libro de la Penitencia", donde expuso sus juicios médicos y morales sobre estos trastornos. Por su lado, el escritor Jacques de Siboulei, contemporáneo del anterior, los llamó "los efectos colaterales del amor".

La sífilis provocó una gran epidemia en Europa a finales del siglo XV y, a pesar de la gran controversia sobre su origen, ya que durante muchos años se creyó que procedía del continente americano, hay teorías que respaldan que la sífilis fue introducida por los vikingos y por los nativos canadienses alrededor del 1300. También cabe señalar que se trataba de un trastorno de salud que podría haber llegado al continente americano con el descubrimiento de las Américas y causar estragos entre la comunidad indígena.

A mediados del siglo XVI, como solución a la epidemia de sífilis, la Iglesia propuso la abstinencia sexual, y el Papa Paolo IV (1476-1559) expulsó de Roma a las trabajadoras sexuales y las confinó en "casas de tolerancia", donde recibían tratamiento para sus dolencias pero también se las castigaba.

En el s. XVIII se publica en Francia el "Tratado completo sobre la gonorrea virulenta del hombre y la mujer" de Jacques Daran (1701-1784), así como otras obras de médicos como Jacques Fabien Gautier d'Agoty, que se centran en las enfermedades venéreas.

Philippe Ricord (1800-1889), venereólogo francés, demostró que la gonorrea y la sífilis eran dos enfermedades distintas, rompiendo así con lo conocido y discutido históricamente.

La única cura conocida para la sífilis en el s. XVII era el tratamiento con mercurio, denominado "Martirio del Mercurio" por los efectos adversos que provocaba, y hasta 1854 no se combinó con el potasio, por el médico Jean Astruc (1684-1766).

En 1879, el Dr. Albert Neisser (1855-1916), dermatólogo, sifilólogo y bacteriólogo alemán, aisló el gonococo responsable de la gonorrea o gonococia.

Fue a finales del siglo XIX y principios del XX cuando la sífilis comenzó a tratarse únicamente con permanganato de potasio y nitrato de plata, tampoco exentos de efectos secundarios crónicos.

En 1905, el zoólogo prusiano Fritz Schaudinn (1871-1906) descubrió el agente causante de la sífilis. A partir de entonces, comenzó a tratarse con arsénico.

En 1921, el microbiólogo Constantin Levaditi (1874-1953) introdujo el bismuto para el tratamiento de la sífilis, hasta la llegada de la penicilina en 1928 por parte del Dr. Alexander Fleming (1881-1955). En 1940, el patólogo australiano Howard Florey (1898-1968) y el bioquímico alemán Ernst Chain (1906-1979) consolidaron el tratamiento con penicilina, lo que representó una nueva terapéutica para las enfermedades de transmisión sexual.

 

2. SIDA

En los Estados Unidos, el 5 de junio de 1981, se notificaron los primeros casos de síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) a partir de 5 casos de hombres homosexuales con el mismo tipo de neumonía que presentaban además una inmunodeficiencia y que les provocó la muerte. Así comenzó lo que se conoció como la Peste Negra del s. XX y principios del s. XXI. Desde el momento en que se documentó, este síndrome causó 25 millones de muertes, convirtiéndose así en una de las pandemias más mortíferas de la humanidad. Ese mismo año, en 1981, el Dr. William Foege formó un equipo de vigilancia epidemiológica, en los CDC, del sarcoma de Kaposi y otras enfermedades oportunistas relacionadas que presentaban las personas con inmunodeficiencia.

Se cree que el origen del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) proviene del virus de la inmunodeficiencia de los monos, que pasó de una especie a otra.

El nombre SIDA (AIDS en inglés) fue propuesto en septiembre de 1982 por los CDC. La relación inicial de este trastorno con los hombres homosexuales se expandió a personas con hemofilia, consumidores de drogas y migrantes heterosexuales provenientes de África Central.

En 1983, el virus causante del SIDA fue aislado por primera vez por el equipo de la Dra. Françoise Barré-Sinoussi y el Dr. Montaigner, del Instituto Pasteur, que recibieron el Premio Nobel de Medicina en 2008, a la vez que también lo aislaba el Dr. Robert Gallo del equipo de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los Estados Unidos. Respectivamente, llamaron al virus "LAV" y "HTLV-III", y más tarde se rebautizó como "VIH". En 1986 se aisló una variante del mismo virus, al que llamaron VIH-2.

En 1987 se empezaron a utilizar los antirretrovirales para el tratamiento del VIH, pero la elevada capacidad de mutar y la consiguiente resistencia del virus al tratamiento hicieron necesario, en 1996, el uso de la terapia antirretroviral combinada, lo que convirtió la pandemia del SIDA en una enfermedad actualmente crónica.

En 2005 había 40,3 millones de personas infectadas por el ya conocido virus de la inmunodeficiencia humana (VIH): 38 eran adultos (17,5 millones de mujeres) y 2,3 millones eran jóvenes menores de 15 años. Se registraron 3,1 millones de muertes, incluidos más de medio millón de niños. El 95 % de esta población se encontraba en países en vías de desarrollo.

Se estima que, entre 2000 y 2014, 7,8 millones de personas se han salvado gracias a la terapia antirretroviral en el mundo.

 

3. Hepatitis víricas, B y C

Estos trastornos ya fueron descritos en el siglo V a. C. por Hipócrates en su colección de obras denominada Corpus hippocraticum, a raíz de una epidemia de ictericia en la isla de Tasos. También aparecen referenciados en el Talmud babilónico (siglo V a. C.) y en la literatura china alrededor del 200 d. C.

El trastorno de la hepatitis se conocía antiguamente como "ictericia epidémica" o "catarral", tal como lo describieron los patólogos alemanes Bamberger en 1855 y Virchow en 1865. Este recibía distintos nombres según el lugar, pero siempre haciendo referencia a la tonalidad amarillenta de la piel. Por ejemplo, los franceses lo llamaron "jaunesse des camps", en referencia al color amarillo ("jaune" en francés) y a los brotes epidémicos que se producían durante las guerras medievales. El término "ictericia" tiene su origen en el nombre de un tipo de ave de plumas amarillas, el zorzal dorado del género Icterus de la familia de los mirlos. A este se le otorgaba la capacidad de curar el trastorno si se posaba cerca del ombligo de la persona enferma, eso sí, provocando la muerte del ave, según las creencias judías y griegas.

Varias epidemias de ictericia afectaron a Europa durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, a los Estados Unidos durante la Guerra Civil y a otras partes del mundo a lo largo de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX, especialmente en situaciones de guerra, debido a las malas condiciones higiénicas.

Durante los siglos XIX y XX, gracias a las investigaciones y las observaciones epidemiológicas, ya se sospechaba la posibilidad de que hubiera dos variantes del mismo trastorno. En Alemania, en 1885, el médico Luman describe una variante "sérica", es decir, en la sangre, del trastorno de la hepatitis y describe la epidemia de ictericia causada por la vacunación masiva en un brote de viruela. En 1947 el virólogo MacCallum y en 1970 el virólogo Dane ya hablaban de la diferenciación entre ambas variantes del trastorno de la hepatitis en función de la transmisión: la feco-oral, que se denominó "hepatitis infecciosa", y la de transmisión por contacto sexual o por transfusión de sangre, denominada "hepatitis sérica homóloga".

Los diferentes genomas de las distintas variantes del virus de la hepatitis sugieren que hay algún ancestro común de más de 2000 o 3000 años entre ellas.

En 1963, Baruch Samuel Blumberg, científico estadounidense y más tarde ganador del Premio Nobel de Medicina en 1976, aisló el antígeno que se encuentra en la superficie del virus ahora conocido como hepatitis B, tras analizar muestras de sangre de poblaciones de todo el mundo, y lo llamó "antígeno australiano", por el origen de su donante. En investigaciones posteriores, se determinó su relación con la "hepatitis sérica" y se denominó virus de la hepatitis B. El propio Baruch Samuel, junto con Millman, microbiólogo estadounidense, desarrollaron en 1969 la primera vacuna contra el virus de la hepatitis B, con una eficacia del 95 %, que tardó 13 años, hasta 1982, en comercializarse.

En 1973, los tres virólogos estadounidenses Stephen M. Feinstone, Albert Kapikian y Robert Purcell aislaron el antígeno del virus relacionado con el trastorno agudo y lo llamaron "virus de la hepatitis A". Esto ayudó a aclarar la diferenciación morfológica y serológica entre el virus de la hepatitis A y el virus de la hepatitis B.

Harvey Alter, virólogo e investigador estadounidense, inició en 1969 sus estudios sobre la hepatitis que aparecía inexplicablemente tras una transfusión. Introdujo métodos para detectar la hepatitis B en la sangre de las donaciones a fin de poder excluir aquellas que estuvieran infectadas. A partir de entonces, se iniciaron los estudios sobre la hepatitis transfusional "no B", es decir, aquella que se producía con sangre que no estaba infectada con el virus de la hepatitis B, y a partir de 1973 también "no A", es decir, que tampoco estaba infectada con el virus de la hepatitis A. Esto llevó a una nueva clasificación de un tipo de hepatitis "NANB" (ni A ni B), junto con Purcell.

No fue hasta 1989-1990 cuando Harvey Alter, junto con Michael Houghton, virólogo británico, y la colaboración paralela de Charles M. Rice, virólogo estadounidense, pudieron aislar, clasificar y nombrar el virus de la hepatitis C. Esto les permitió obtener a los tres el Premio Nobel de Medicina en octubre de 2020.

 

4. Verrugas genitales por virus del papiloma humano

En Roma, todas las enfermedades contraídas en el acto íntimo se denominaban "morbus incidens". Celso, médico romano del s. I a. C., ya describió las verrugas genitales. También lo hicieron en Grecia, denominándolas "kondyloma". Este término se refería a la forma redondeada y al mismo tiempo puntiaguda.

Francisco Díaz (1527-1590), padre de la urología en España, habló de las verrugas genitales, lo que ahora se conoce como "virus del papiloma humano", en su "Tratado de urología". Y en 1676 se publica en Valencia una nueva edición del libro "El cresol de la cirugía" de Padova Fabrizio Di Acquapendente (1537-1611), médico cirujano, en el que se describe cómo tratarlas.

Domenico Rigoni-Stern, médico italiano, observó y describió en 1842 las diferentes causas de los tumores cervicouterinos malignos entre mujeres casadas y monjas, intuyendo el factor de riesgo sexual en la transmisión del trastorno que los desarrollaba.

En 1907, Giussepe Ciuffo, médico italiano, y más tarde, en 1933, R. Shope y E. Weston Hurst, investigadores estadounidenses, determinaron el origen infeccioso de las verrugas genitales. En 1935 Peyton Rous y Joseph Beard, también investigadores estadounidenses, estudiaron y determinaron que este tipo de verrugas desempeñaban un papel causal en el desarrollo del cáncer.

En 1949, M.J. Strauss aisló el virus de las verrugas genitales y, en 1985, Harald zur Hausen, médico y científico alemán, observó que entre el 60 y el 70 % de las biopsias de cáncer de cuello uterino dieron positivo para el virus del papiloma humano, lo que le llevó a recibir el Premio Nobel de Medicina en 2008.

A partir de entonces, se fueron aislando los diferentes tipos de virus del papiloma y se clasificaron según su participación en el desarrollo del cáncer de cuello uterino.

En la década de 1990, Ian Frazer, inmunólogo australiano, y Jian Zhou, virólogo chino, comenzaron a estudiar la posibilidad de desarrollar una vacuna, que en 2006 fue aprobada y comercializada por la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA).

 

5. Herpes genital

El herpes genital puede ser causado por los virus del herpes simple 1 y 2, pero es cierto que el más frecuente es el tipo 2. Ambos virus tienen un origen común en el continente africano, y según estudios de datación se cree que el tipo 1 surgió hace 60 000 años, mientras que el tipo 2, alrededor del siglo XVIII, momento histórico de la trata de esclavos en el continente americano.

Hipócrates, médico de la antigua Grecia (siglo V a. C.), usó la palabra "herpes", que según la etimología de la palabra significaba "mover" o "reptar", seguida de "esthiomenos", que significaba "que corroe".

A finales del siglo I d. C., Dioscórides, también médico griego, lo denominó conjuntamente con otras enfermedades de la piel, pero sin ofrecer una descripción clara.

Galeno, médico de Roma del siglo II, los clasificó en diferentes tipos: los corrosivos o "esthiomenos" y los "kenkhrias", que provocaban lesiones similares a las semillas del mijo.

Dos siglos después, en el s. IV, Oribasio, médico griego, habló de un tipo de herpes vesicular, seguramente el mismo que Galeno ya había documentado y al que había denominado "herpes kenkhrias".

Avicena, médico persa de los siglos X-XI, diferenció dos tipos de herpes que coincidían con los ya clasificados por Hipócrates y Galeno.

Guido de Chauliac, cirujano del s. XIV, relacionará términos como "herpes", "zóster" y "zona", hasta entonces trastornos descritos de manera distinta y no relacionados entre sí. En 1734, en el primer diccionario académico "Diccionario de Autoridades", se hizo una definición coincidente con la de Chauliac.

Al final del s. XVIII, Robert Willan, médico inglés considerado el padre de la dermatología (glossari), diferenció 6 tipos de herpes, todos derivados del llamado "herpes miliaris" o "Kenkhrias", al que consideraba como la única variante causante del trastorno.

En 1713, Richard Boulton, médico inglés, estableció la denominación de "herpes simplex".

Jean Astruc, médico de Luis XIV de Francia, describió ampliamente los efectos producidos por el "herpes genitalis" en su publicación "De morbis veneris" de 1736.

Aunque ya se conocía su capacidad de transmisión de persona a persona, no fue hasta finales del siglo XIX y principios del XX cuando, en 1883, P. G. Unna P, médico alemán, describió su capacidad infecciosa.

En 1970, el herpes genital fue reconocido como una enfermedad de transmisión sexual, pero fue en 1982, gracias a un artículo publicado en The Times, cuando se difundieron los efectos negativos de esta infección desde un punto de vista catastrofista.

 

6. Clamidiosis

La clamidiosis es causada por el mismo agente infeccioso que el trastorno ocular denominado tracoma. Las primeras descripciones de este agente infeccioso aparecen en antiguos manuscritos médicos de China y Egipto.

En 1907, en la isla de Java, L. Halberstaedter, médico y radiólogo alemán, y Von Prowazeka, bacteriólogo checo, identificaron la presencia de partículas intracelulares en la conjuntiva de los ojos de orangutanes previamente infectados con tracoma y consideraron que eran las responsables de la transmisión del trastorno de salud. Las llamaron "Chlamydozoa" o "mantle bodies".

En 1930, Bedson, microbiólogo británico, observó partículas similares en ratones infectados durante la epidemia de psitacosis, un trastorno que provoca neumonía y se transmite por contacto cercano con aves.

Desde 1938 se creía que el agente infeccioso de este trastorno era un virus, debido a su morfología.

En 1940, los investigadores G. Rake y H. Jones observaron partículas similares a las descritas hasta ahora dentro de las células de personas con linfogranuloma venéreo, un trastorno que cursa con pequeñas lesiones cutáneas en los genitales o el ano debido a una infección bacteriana.

En 1957-1958, F. Tang, microbiólogo chino, pudo aislar el agente que provocaba el tracoma.

En 1962, Bernkopf, microbiólogo, comenzó a cuestionar la naturaleza vírica de estos patógenos. Thygeson, oftalmólogo estadounidense, agrupó estos tres agentes infecciosos similares y los denominó psitacosis-linfogranuloma-tracoma (PLT), y Page, microbiólogo, entre 1966 y 1977 los definió como la familia Chlamydiaceae y las especies Chlamydia trachomatis y Chlamydia psittaci.

El nombre de chlamydia se estableció en 1970 en el simposio sobre el tracoma y las enfermedades relacionadas causadas por agentes clamidiales.

En 1974, Y. Becker, microbiólogo israelí, pudo reproducir el agente causante del tracoma y determinó que se trataba de una bacteria, y no de un virus.

En la década de 1980, se reconoció que el patógeno de la clamidia puede presentar diferentes manifestaciones.

 

7. Tricomoniasis

En 1836, por primera vez, Alfred Donné, bacteriólogo y médico francés, describió estos parásitos como microorganismos presentes en las secreciones genitourinarias de los seres humanos. Posteriormente, en 1841, Dujardin, zoólogo francés, lo denominó tal como se conoce hoy en día, "Trichomonas vaginalis" ("tricho": pelos y "monas": unidad), debido a la similitud de estos parásitos con los escarabajos de la especie Trichodes, y se especificó en la nomenclatura "vaginalis", ya que su hábitat eran los genitales femeninos. Fue estudiado y confirmado por Kolleiker, anatomista y zoólogo alemán, y Scanzonni, ginecólogo, en 1855, por Hausmann en 1870 y por Kunler en 1883.

En 1894, Döderlein, ginecólogo que dio nombre a un tipo de bacilo que forma parte de la flora vaginal, sugirió que la infección era posible debido a un cambio en el pH vaginal.

Marchand, en 1894, también observó y estudió la presencia de tricomonas en los genitales masculinos.

En 1916, Hoenne, ginecólogo alemán, lo determinó como el factor causante de la inflamación de la vagina, que más tarde también describió Jirovec, ginecólogo y parasitólogo checo.

En España, Usandizaga, ginecólogo, también le dedicó un extenso estudio en 1934.

Este parásito se aisló por primera vez en 1943 y en 1959 se propuso el antibiótico azomicina, y más tarde el metronidazol, como tratamiento eficaz.

 

8. Sarna o escabiosis

La sarna o escabiosis ya fue nombrada por Aristóteles, filósofo griego del s. IV a.C., y por Avenzoar, médico y filósofo de Al-Andalus, en Sevilla, en el s. XII, quien describió a los ácaros como posibles causantes de las pústulas en la piel.

Thomas, naturalista y médico inglés, refiere en 1634 la presencia de insectos debajo de la piel, y en 1687, Cosimo Bonomo, médico italiano, observó y describió exhaustivamente el ácaro que provoca el típico picor de la sarna.

Linneo, naturalista, zoólogo y botánico sueco, lo clasificó por primera vez en 1734 como "acarus humanus subcutaneus", y De Geer, biólogo y político sueco, en 1778 le dio el nombre que se usa actualmente, "Sarcoptes scabiei".

Wichmann, médico alemán, describió con precisión en 1786 la naturaleza de ácaro de la sarna.

No fue hasta 1834 cuando Simon Francoisis Renucci, médico francés, estableció una relación entre el ácaro y el trastorno de la piel.

El dermatólogo Ferdinand Ritter von Hebra, médico austríaco, describió el ciclo del "Sarcoptes scabiei" y sus etapas de infección en 1844.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Kenneth Mellanb, ecólogo y entomólogo inglés, descubrió el factor de transmisión por contacto de la sarna, tanto de persona a persona como a través de la ropa, y estableció diferentes protocolos de prevención.

 

9. Pediculosis púbica o ladillas

Las ladillas o piojos púbicos parece que acompañan a la humanidad desde sus inicios, según las hipótesis que explican la migración del piojo del gorila (Pthirus gorillae) al hombre (Pthirus pubis). Los estudios genéticos vinculan a ambas especies, aunque durante muchos años se creyó que se trataba de una especie propia de los humanos.

Aristóteles, filósofo griego del siglo IV a. C., ya llamaba "pttheides" y "povides" a las liendres.

Las ladillas o piojos púbicos fueron descritas en 1758 por Linneo, naturalista, zoólogo y botánico sueco, que las llamó "Pediculus pubis". Leach, zoólogo y biólogo inglés, las clasificó dentro del algoritmo de especies naturales, creando el género "Pthirus". Dos años más tarde las llamó "Phthirus pubis (Linnaeus)". Hemming, entomólogo inglés, fijó finalmente el nombre como "Pthirus pubis" en 1958 en la "Official List of Generic Names in Zoology".

 

10. Ureaplasma y Mycoplasma

En 1898 Nocard, E. y Roux, investigadores en la aplicación del conocimiento en vacunas en el campo de la veterinaria, aislaron por primera vez una de las especies clasificadas posteriormente como Mycoplasma, con la primera intención de conocer el agente causante de un tipo de neumonía bovina.

El cultivo y el crecimiento de estas bacterias siguen siendo difíciles en la actualidad debido a su estructura.

El nombre "Mycoplasma" proviene del griego mykes (hongo) y plasma (formato). Se propuso para denominar a aquellos organismos similares a los que provocan trastornos pulmonares y pleurales. Inicialmente se creía que este tipo de trastorno de salud estaba causado por un virus y, más tarde, que el origen era un hongo. Actualmente está clasificado como agente bacteriano.

En 1945, Eaton, naturalista y botánico, junto con sus colaboradores, separó el agente causante de la neumonía atípica primaria y, al no poder tratarse con antibióticos, consideró la posibilidad de que la enfermedad fuera causada por un micoplasma, pero llegó a la conclusión de que no, que estaba causada por un virus, a pesar de la similitud.

A principios de la década de 1960, se corroboraron las teorías descritas anteriormente sobre este agente causal (Marmion y Goodburn, 1961), lo que permitió un gran avance en la investigación y se convirtió en uno de los más estudiados de la época.

Los avances recientes en biología molecular y genética han permitido conocer los genomas de Mycoplasma pneumoniae y Mycoplasma genitalium (Fraser, 1995).

Del mismo modo, los científicos han estado explorando la asociación entre el cáncer y los micoplasmas y, a pesar de los estudios realizados, esta aún no está clara (Ning y Shou, 2004).

La filogenética molecular ha ayudado a aclarar, gracias a Johansson y Pettersson, en 2002, la confusa organización de la clase Mycoplasma, permitiendo separar dos géneros: Mycoplasma y Ureaplasma, que anteriormente se clasificaban como un único género Mycoplasma, y que hoy en día todavía generan discrepancias. Dentro del género Mycoplasma se separan los hominis y los pneumoniae, incluyendo en este último el Mycoplasma genitalium.

Maniloff, en 2002, estudió genéticamente la evolución de estas bacterias y sugirió que algunas especies tienen alrededor de 600 millones de años.

 

11. Métodos de barrera

Actualmente, no todas las infecciones de transmisión sexual o ITS tienen una cura o una vacuna, pero sí que están relacionadas con unas medidas de prevención y profilaxis eficaces conocidas.

Históricamente, los métodos de barrera para proteger contra las enfermedades venéreas y prevenir el embarazo han sido los preservativos hechos de cuero, calabaza, seda, papel y otros tejidos animales.

Se cree que la palabra "condón" proviene del latín, que significa "recipiente", y su uso se conoce desde Egipto en el año 1000 a. C. o incluso antes. En las pinturas rupestres de Combarelles, en Francia, hay interpretaciones, aunque controvertidas, del uso del preservativo. En la leyenda del rey Minos, de la mitología griega, del 1200 a. C., hay referencias al uso de vejigas natatorias o vejigas de cabra para retener la eyaculación.

En Roma se usaban preservativos hechos con tripas de animales, llamados "camisa de Venus".

Los primeros preservativos que se usaron en Europa en el siglo XVII estaban hechos de lino o seda, que no eran muy seguros. En el siglo XVIII eran de cuero, hechos de tripas de animales. En las excavaciones realizadas en el castillo de Dudley, en Inglaterra, en los años 80 del siglo pasado, se encontraron preservativos de los siglos XVI, XVII y XVIII hechos con intestinos de animales y cosidos en el extremo, con una cinta para ajustarlos. No eran desechables y se cree que se sumergían en leche tibia para ablandarlos antes de usarlos.

El nombre "profiláctico" fue utilizado por primera vez por el médico italiano Gabbrielle Falloppio (1523-1562) en una investigación para prevenir la transmisión de la sífilis, y lo describió en su obra póstuma de 1564 como un fino saco hecho de lino.

En 1826, el Vaticano ya prohibió el uso de preservativos, proponiendo la abstinencia o el "coitus interruptus" como alternativa, siempre dentro del matrimonio.

A finales del siglo XIX, en Europa, se empezaron a utilizar preservativos de caucho, que se fabricaban en Estados Unidos desde 1850, diez años después del descubrimiento de la vulcanización, una técnica de calentamiento del caucho para fortalecerlo y hacerlo más resistente.

En 1870, el inglés Mac Intosh, especializado en la industria de los impermeables, comenzó a producir preservativos de caucho de forma industrial, exportándolos a toda Europa, incluida España.

En 1861, apareció el primer anuncio publicitario de preservativos en The New York Times, pero estos se prohibieron en 1873 por motivos moralistas.

En España, se anunciaba la venta de preservativos de algunas marcas durante el primer tercio del siglo pasado, pero con la llegada del franquismo se prohibió y pasó a la clandestinidad hasta 1978.

En 1919, el estadounidense Fredick Killian comenzó a comercializar los preservativos de látex tal y como los conocemos hoy en día, aunque en el último siglo han aparecido variantes en cuanto a materiales, texturas y tamaños.

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Etiología
pP@)

Se trata de trastornos de salud causados por la infección o infestación de microorganismos que comparten la misma vía de transmisión, la vía sexual, aunque algunos de estos también tienen otras.

Las enfermedades cuyo origen es la transmisión estrictamente sexual serían:

  • Hepatitis B: Infección por el virus de la hepatitis B
  • Herpes genital: Infección por el virus del herpes simple
  • Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA): infección por el virus de la inmunodeficiencia humana
  • Verrugas genitales causadas por papiloma humano: infección por algunos tipos de virus del papiloma humano (VPH)
  • Sífilis: infección por Treponema pallidum
  • Gonorrea o gonococia: Infección gonocócica
  • Clamidiosis o linfogranuloma venéreo: Infección por la bacteria Chlamydia trachomatis
  • Tricomoniasis: infección por el parásito protozoario Trichomonas vaginalis
  • Micoplasma: infección por las bacterias Mycoplasma genitalium y Mycoplasma hominis, entre otras especies de la misma familia
  • Ureaplasma: infección por las especies bacterianas Ureaplasma parvum y Ureaplasma urealitycum

Las enfermedades cuya vía de transmisión podría ser indirectamente por vía sexual serían:

  • Hepatitis C: Infección por el virus de la hepatitis C
  • Sarna o escabiosis: Provocada por el ácaro parásito Sarcoptes scabiei
  • Pediculosis púbica o ladillas: Infestación por el insecto patógeno Pthirus pubis
  1. Factores no modificables 
  2. Factores modificables
    1. Via de transmisión
    2. Estilo de vida 
      (2.2.1 Consumo de drogas legales (tabaco y alcohol) e ilegales; 2.2.2 Consumo de drogas legales o ilegales y riesgo de prácticas sexuales de riesgo; 2.2.3 Prácticas sexuales de riesgo y uso de drogas legales e ilegales. Fenómeno chemsex; 2.2.4. Uso delictivo de drogas para la sumisión sexual no consentida de personas)

 

1. Factores no modificables

No hay factores no modificables para las ITS, ya que son evitables, siempre que exista un acceso gratuito a información completa y contrastada, así como a métodos profilácticos y de barrera para estas. En el caso de transmisión vertical o maternofilial, existen métodos para evitar la transmisión de la madre al bebé o al feto.

 

2. Factores modificables

Los factores modificables serían aquellos que disminuirían el factor de riesgo de infección, es decir, la exposición al agente infeccioso. Para conocer los factores modificables frente a las ITS, es necesario conocer: Vías de transmisión y Estilo de vida

 

2.1 Vías de transmisión

La vía de transmisión de un patógeno es el mecanismo o estrategia que utiliza para llegar al huésped, es decir, en este caso, a las personas.

Las vías de transmisión pueden ser directas o indirectas. Entre las líneas directas encontramos las vías:

  • Por contacto:
    • Por transmisión sexual
    • Por mucosas
    • Por contacto de las manos
    • Por contaminación por orina, heces y mucosas nasales
    • Por toxoinfección o contaminación de los alimentos
    • Por transmisión intra partum (se incluiría en la transmisión vertical)
  • Por mordeduras
  • Por arañazos
  • Transplacentaria: a través de la placenta de la mujer embarazada (se incluiría en la transmisión vertical)
  • Aérea

En las vías de transmisión indirecta habrá una separación de tiempo y espacio entre el origen de la infección y el receptor o portador del patógeno, y la vía puede ser a través de un ser animado o de un ser inanimado. Los tipos serían:

  • A través del suelo
  • A través del agua
  • Por fómites: objetos que transmiten un virus o una bacteria (por ejemplo, a través de la sangre)
  • Por vectores artrópodos, como mosquitos o arácnidos, entre otros, que portan el germen sin desarrollar la infección (de forma pasiva) o enfermos (de forma activa)
  • Por alimentos

En el caso de las ITS, la vía sexual puede ser la única vía de transmisión o puede coexistir con otras vías de transmisión como la sanguínea o la vertical (de madre a hijo/a durante el embarazo o el parto), o con la lactancia.

En estos trastornos, la transmisión se produce durante las relaciones sexuales e íntimas (orales, vaginales o anales) a través del intercambio de secreciones corporales como semen, secreciones vaginales, uretrales o sangre (debido a microlesiones de las mucosas) de la persona infectada, como ocurre en el VIH o la hepatitis B y C. También por contacto directo con la piel y las mucosas, como ocurre en la sífilis, la gonorrea o gonococia, la clamidia, el herpes genital, las verrugas por el virus del papiloma humano, la tricomoniasis, la sarna o las ladillas o pediculosis púbica. En estos dos últimos casos, la transmisión también puede tener lugar a través de tejidos que han estado en contacto con piel infectada o infestada.

 

2.2 Estilo de vida

 

2.2.1 Consumo de drogas legales (tabaco y alcohol) e ilegales:

Existe una relación clara entre el consumo de drogas y el riesgo de contraer una ITS, y más aún si el consumo de drogas es fruto de una adicción. Este hecho se debe a la alteración de la conciencia que provocan estas adicciones, en mayor o menor grado, lo que disminuye la capacidad de decidir y actuar correctamente para reducir o evitar el riesgo.

Más allá del uso de drogas duras como la heroína y la cocaína, entre otras, por inyección, y más allá del riesgo inherente de contraer infecciones mediante el intercambio no solo de jeringas sino también de otros materiales utilizados durante la práctica, existe un alto riesgo de contraer infecciones relacionadas con el uso de drogas legales e ilegales.

Hay ocasiones en las que el consumo de drogas legales o ilegales puede conducir a prácticas sexuales de riesgo al desinhibir a la persona, pero también puede ocurrir lo contrario, que las drogas se utilicen para desinhibir a la persona que decide conscientemente participar en prácticas sexuales de riesgo (Fenomen ChemSex). Un tercer caso sería el uso de drogas de manera delictiva para provocar la desinhibición de otra persona con el fin de someterla a tener relaciones sexuales no consentidas.

 

2.2.2 Uso de drogas legales e ilegales y riesgo de adoptar prácticas sexuales de riesgo:

El uso de drogas legales (tabaco y alcohol) e ilegales puede provocar una alteración de la conciencia en mayor o menor grado, aumentando la libido y la desinhibición y reduciendo las capacidades para discernir la realidad y pudiendo cambiar las prioridades de la persona.

Hay drogas legales e ilegales que no solo aumentan la euforia y la sociabilidad, sino que también provocan una falsa sensación de amor hacia los demás. Otras alteraciones que provocan son el aumento de la resistencia e incluso de las capacidades físicas. Todo esto, y otras alteraciones derivadas de ello, pueden llevar al deseo de tener relaciones sexuales sin protección y sin elegir conscientemente a las personas con las que se quiere tener relaciones sexuales.

Existe una realidad en la que la adicción a las drogas ilegales puede llevar a practicar el intercambio sexual por dinero o directamente por la droga de abuso. En estos casos, el uso de métodos de protección puede no ser una prioridad para la persona que sufre la adicción. Esa persona no solo pondrá en riesgo su seguridad y su salud, sino que también podrá convertirse en un vector de transmisión de ITS.

 

2.2.3 Prácticas sexuales de riesgo y uso de drogas legales e ilegales. Fenómeno chemsex:

El chemsex es un fenómeno en el que existe un consumo intencionado de drogas legales y, sobre todo, ilegales para tener relaciones sexuales durante largos períodos de tiempo, horas y días, entre personas, ya sean hombres homosexuales, hombres bisexuales, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres u otras personas con otras identidades sexuales, como mujeres transexuales, personas no binarias, queer, etc.

Este fenómeno puede tener lugar de forma individual, virtual, con vídeos programados o en directo, ya sea con apoyo visual o no (chat) y en los que no se comprometería el riesgo de contraer ITS, o con otras personas, en parejas, tríos o en grupos, ya sea entre personas conocidas o entre personas desconocidas en las que sí habría un riesgo alto y real de contraer una o más ITS, ya que el uso de estas sustancias produce una alteración de la conciencia y disminuye la capacidad de discernimiento de la realidad y de priorizar la salud en lo que respecta al uso de métodos de protección.

Estos encuentros tienen lugar en domicilios privados, en locales con este objetivo, como saunas o clubes, y en áreas de «cruising», es decir, lugares públicos pero escondidos donde se puede tener relaciones sexuales, como parques o calles. Normalmente se utilizan sitios web y aplicaciones móviles para facilitar el contacto.

En algunos de estos encuentros hay consignas expresas de aceptación de tener relaciones sexuales sin protección. En otros, en cambio, los preservativos están al alcance de cualquier persona.

 

2.2.4. Uso delictivo de drogas para la sumisión sexual no consentida de personas

El uso lúdico de drogas en la adolescencia en forma de «borracheras» o «binge drinking», o lo que conocemos como «botellón», puede incitar a relaciones sexuales de riesgo, y parece que hay una tendencia a incitar al otro a consumir algún tipo de droga para aumentar las posibilidades de tener relaciones sexuales.

Obviamente, no siempre se comete ningún delito de abuso sexual, pero existe un alto riesgo de situaciones de agresión sexual en las reuniones en las que el único objetivo es el consumo de drogas, ya sea alcohol u otras drogas ilegales. Existe una estrecha relación entre el consumo de estas y la desinhibición sexual y la pérdida de la capacidad de discernimiento.

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Epidemiología
P@)

En Cataluña, la vigilancia epidemiológica de las ITS se lleva a cabo a través de la Red de Vigilancia Epidemiológica de Cataluña, mediante el Sistema de Enfermedades de Declaración Obligatoria (EDO), a partir de la notificación por parte de los profesionales del ámbito público y privado de las siguientes enfermedades: sífilis infecciosa, gonococia, Clamidia trachomatis, linfogranuloma venéreo, VIH/sida, sífilis congénita, oftalmia neonatal por gonococo y clamidia y neumonía neonatal por clamidia. Por otro lado, también se realiza a través del Sistema de Notificación Microbiológica de Cataluña (SNMC), mediante la notificación por parte de los profesionales sanitarios que trabajan en los laboratorios de microbiología de Cataluña de las siguientes enfermedades: Chlamydia trachomatis, Neisseria gonorrhoeae, virus herpes simple, Treponema pallidum, Trichomonas vaginalis, VIH/sida, virus de la hepatitis A, B y C.

Según la Organización Mundial de la Salud, cada día más de un millón de personas contraen una enfermedad de transmisión sexual. Se estima que, cada año, 357 millones de personas de entre 15 y 49 años se infectan con una de las cuatro enfermedades de transmisión sexual curables (clamidia, gonorrea o gonococia, sífilis y tricomoniasis).

  • Sífilis: 6 millones de personas de entre 15 y 49 años se infectan cada año por el virus causante de la sífilis. Esta enfermedad está relacionada con un mayor riesgo de infectarse con el virus de la inmunodeficiencia humana. En 2016, más de 988 000 mujeres embarazadas se infectaron con este virus, que provoca, anualmente, la muerte de 300 000 fetos o recién nacidos y expone a 215 000 niños a un alto riesgo de muerte prematura. En España, en 2023, se notificaron 4959 casos nuevos, 10,64 por cada 100 000 habitantes, que presentó una estabilidad de 1995 a 2001, un aumento posterior progresivo de los casos hasta 2010 y un aumento no tan marcado hasta 2023. En Cataluña, en 2021, se declararon 3721 casos nuevos, 49,4 por cada 100 000 habitantes, el 89,4 % de los cuales eran hombres y el 10,6 % mujeres.
  • Gonorrea o gonococia: anualmente, 78 millones de personas de entre 15 y 49 años se infectan con el virus causante de la gonorrea. Esta enfermedad está relacionada con un mayor riesgo de infectarse con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Esta infección está provocando resistencia a los fármacos antimicrobianos como las quinolonas, la azitromicina y las cefalosporinas de amplio espectro, es decir, inespecíficos, lo que no permite lograr la reducción de las enfermedades de transmisión sexual en el mundo. En España, en 2023, se notificaron 12 292 casos nuevos, 26,41 por cada 100 000 habitantes, que presenta una disminución de 1995 a 2001 y un aumento progresivo desde entonces. En Cataluña, en 2021, se diagnosticaron 11 315 casos, 154,3 por cada 100 000 habitantes.
  • Clamidiosis o linfogranuloma venéreo: cada año, 142 millones de personas de entre 15 y 49 años se infectan con la bacteria causante de la clamidiosis. En España, se notificaron 20 507 casos nuevos en 2021, 51,73 por cada 100 000 habitantes. En Cataluña, se diagnosticaron 18 561 casos nuevos en 2021, 683 exactamente de linfogranuloma venéreo (uno de los subtipos de la clamidia). Esto supone 251,4 casos nuevos por cada 100 000 habitantes; 9,4 casos nuevos de linfogranuloma venéreo.
  • Tricomoniasis: 131 millones de personas de entre 15 y 49 años se infectan cada año por el virus causante de esta enfermedad. En España, en 2017, se notificaron 2650 casos nuevos, lo que frenó una tendencia creciente que se había producido en los últimos 5 años. En Cataluña, en 2015 se diagnosticaron 907 casos, 12,4 por cada 100 000 habitantes.
  • Herpes genital: más de 412 millones de personas son portadoras del virus del herpes simple tipo 2. Este está relacionado con un mayor riesgo de infectarse con el virus de la inmunodeficiencia humana. En España, se notificaron 1329 casos nuevos en 2017, una tasa en aumento. En Cataluña, en 2015 se diagnosticaron 3462 casos, 47,6 por cada 100 000 habitantes.
  • Verrugas genitales causadas por papiloma humano: aproximadamente 291 millones de mujeres en todo el mundo están infectadas con el virus del papiloma humano (VPH). Es un virus que provoca verrugas genitales, 530 000 casos de cáncer de cuello uterino y hasta 264 000 muertes al año. En España, la prevalencia de la infección por el VPH es una de las más bajas del mundo, de alrededor del 4 % en mujeres. Cada año se diagnostican unos 2500 nuevos casos de cáncer de cuello uterino causado por el VPH, y unas 620 mujeres mueren cada año en España a causa de esta enfermedad. En Cataluña, en 2015, se diagnosticaron 7629 casos de nuevas infecciones por el VPH, 104 por cada 100 000 habitantes.
  • Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA): se estima que ha causado 40,4 millones de muertes desde que se conoce. Se calcula que en 2022 había 39 millones de personas que vivían con el VIH, dos tercios de ellas en África. En 2014 se determinó una gran disminución del 41 % respecto la determinación anterior, de 1997, en el número de nuevas infecciones por el virus de la inmunodeficiencia humana, con un promedio de 2 millones de nuevas infecciones al año. También en 2014 hubo una reducción del 42 % en la tasa de mortalidad por este trastorno, siendo de 1,2 millones de personas al año desde 2004, gracias a la mejora en el acceso al tratamiento del mismo. En 2021, se determinó una prevalencia del 0,3 % de la población en España, presentando 2786 casos nuevos, siendo el 86,1 % hombres y el 13,9 % mujeres, el 56,3 % en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, el 25,4 % en relaciones heterosexuales, el 1,6 % en personas que se inyectan drogas y el 38,6 % en personas nacidas fuera de España. En Cataluña, se diagnosticaron 344 casos nuevos durante el 2021. El 81,1 % eran hombres y el 18,9 % mujeres, y el 59 % eran personas nacidas fuera de España. Este número de nuevos infectados representa una tasa de 4,4 casos por cada 100 000 habitantes, una cifra que ha disminuido un 20 % en comparación con el año anterior.
  • Hepatitis víricas: en 2019, la cifra se estimó en 354 millones de personas con hepatitis B (296 millones) y C (58 millones), y se registraron más de 1,1 millones de muertes, principalmente por complicaciones de la hepatitis, como la cirrosis y el cáncer hepático o hepatocelular o de hígado. La infección por este virus está muy relacionada con la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana, y hay 2,9 millones de personas coinfectadas por ambos virus. En España, la prevalencia del virus de la hepatitis C (VHC) en 2016 osciló entre el 1 y el 2 %. En Cataluña, la incidencia del VHC fue del 1,4 % en 2016, con una prevalencia de la enfermedad activa por el VHC del 58,9 % en personas que consumen drogas inyectables. En 2008, se identificó una presencia del 6,1 % del VHC en personas migrantes.
  • Sarna o escabiosis: provocada por el ácaro parásito Sarcoptes scabiei; es una de las enfermedades de la piel más frecuentes en los países en vías de desarrollo. Se estima que actualmente hay una cifra constante de 200 millones de personas al año con este trastorno en todo el mundo, y tiene una prevalencia de entre el 0,2 y el 71 %. Es un trastorno endémico en países tropicales, y tiene una prevalencia en niños de entre el 5 % y el 10 %, siendo estos más vulnerables a las complicaciones derivadas de la infestación por el ácaro.
  • Pediculosis púbica o ladillas: se encuentran en todo el mundo y se estima que hay más de 1 millón de nuevas infestaciones por este parásito al año.
  • Mycoplasma y Ureaplasma: la prevalencia actual estimada de la infección por micoplasma genital en general oscila entre el 1 % y el 3,3 % de la población de entre 16 y 44 años en Europa y EE. UU. Puede haber una coinfección con clamidia u otras infecciones de transmisión sexual (ITS), lo que genera confusión clínica a la hora de establecer el diagnóstico. Se puede asociar tanto a mujeres como a hombres con relaciones homosexuales y heterosexuales. En estudios de prevalencia realizados en poblaciones específicas, como un estudio realizado en el Hospital de Santa Fe (Santa Fe, Argentina) en 412 mujeres adultas con síntomas urogenitales, el 17,8 % tenía alguno de los micoplasmas urogenitales, el 12,3 % Mycoplasma hominis, el 63 % Ureaplasma urealyticum y el 24,6 % la asociación de ambos. Por otro lado, en un estudio realizado en el Hospital Virgen de las Nieves (Granada, España) entre 2016 y 2017, en 3066 hombres en edad fértil y con sospecha de infección urogenital, los resultados fueron positivos para Ureaplasma urealyticum en un 17,73 %, Mycoplasma hominis y Ureaplasma parvum en un 10,64 % y Mycoplasma genitalium en un 7,10 %.

Tipos
P@)

La clasificación de las infecciones de transmisión sexual (ITS) puede ser controvertida y, a veces, no hay consenso. Este hecho se debe a que muchas de estas infecciones no se transmiten estrictamente por vía sexual, ya que pueden combinarse con otros tipos de transmisión como la sanguínea, la orofecal, el contacto con la piel y las mucosas o a través de tejidos o ropa íntima. Por otro lado, la prevalencia de algunas de estas infecciones puede ser muy baja en la población general, pero muy alta en una población de personas inmunodeprimidas, es decir, con sistemas inmunitarios comprometidos, o en una población de personas con hábitos sexuales de alto riesgo.

Las listas de enfermedades e ITS suelen ser muy variables según el punto de vista utilizado a la hora de clasificarlas.

Las ITS se pueden clasificar según el agente causante de la infección:

Bacteriano: causadas por bacterias

  • Gonorrea o gonococia
    • Agente etiológico:
      • Neisseria gonorrhoeae: diplococo gramnegativo con morfología o estructura similar a la de un grano de café. Este microorganismo coloniza las superficies de las mucosas de la uretra, el cuello uterino, el ano, la faringe y la conjuntiva.
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión sexual, es decir, por secreciones genitales.
      • Transmisión vertical o maternoinfantil, en el momento del parto.
    • Evolución: curable.
      Desde una infección leve hasta una septicemia, es decir, una infección generalizada que podría provocar el fallo de órganos vitales si no se tratara.
  • Sífilis
    • Agente etiológico:
      • Treponema pallidum es un microorganismo patógeno obligado, es decir, no puede reproducirse fuera de una célula hospedadora adecuada y que tiene una morfología o estructura similar a la de un sacacorchos. Este microorganismo penetra en la piel que infecta, ya sea sana o con lesiones previas, y se disemina por todo el cuerpo hasta cualquier órgano, incluido el sistema nervioso, a través de la linfa y la sangre.
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión sexual, es decir, por secreciones genitales.
      • Transmisión por contacto con lesiones infectadas.
      • Transmisión vertical o maternoinfantil durante el embarazo.
    • Evolución: curable. 
      Tras un periodo de incubación de unas 3 semanas, se divide en diferentes fases (primaria, secundaria, latente y tardía), presentando desde una lesión inicialmente leve hasta lesiones supurativas, o incluso complicaciones óseas, vasculares, oculares y neurológicas graves.
  • Clamidia
    • Agente etiológico:
      • Chlamydia trachomatis: bacteria gramnegativa de crecimiento intracelular estricto que se reproduce en el interior de las células. Se adhiere a las células que recubren los sistemas genitourinario, ocular y pulmonar, que posteriormente terminan infectando.
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión sexual, es decir, por secreciones genitales.
      • Transmisión vertical o maternoinfantil durante el embarazo, el parto o la lactancia.
      • Transmisión por contacto con supuración de la conjuntiva infectada.
    • Evolución: curable.
      Existen diferentes serotipos o subtipos de la misma bacteria, que provocan diferentes manifestaciones y gravedad, desde la inflamación de la uretra hasta la enfermedad inflamatoria pélvica u otras manifestaciones como el "tracoma" ocular, o el "linfogranuloma", en el sistema linfático, entre otras de mayor gravedad.
  • Chancroide
    • Agente etiológico:
      • Haemophilus ducreyi: cocobacilo gramnegativo con morfología o estructura redondeada que afecta al tejido urogenital.
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión sexual, es decir, por secreciones genitales.
      • Transmisión por contacto con lesiones infectadas.
    •  Evolución: curable.
      Lesión pequeña que va creciendo, con inflamación y muy dolorosa.
  • Granuloma inguinal o donovanosis
    • Agente etiológico:
      • Klebsiella granulomatis o Calymmatobacterium granulomatis: bacteria gramnegativa
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión sexual, es decir, por secreciones genitales.
      • Transmisión por contacto con lesiones infectadas, en niños.
    •  Evolución: curable.
      Lesión pequeña que puede diseminarse a otros tejidos del sistema genitourinario o incluso a órganos internos.
  • Vaginosis bacteriana:
    • Agente etiológico:
      • Gardnerella vaginalis: bacilo
      • Mobiluncus sp: bacteria gramvariable, es decir indeterminadas, ni Gram-positivas ni Gram-negativas, anaeróbica

        Ambos forman parte del conjunto de microorganismos que normalmente residen en el sistema urogenital de la persona y están relacionados entre sí.
    • Vías de transmisión:
      • No existe una vía de transmisión, ya que estas bacterias ya forman parte del conjunto de microorganismos que habitan en la vagina y el entorno genital femenino, lo que se conoce como "flora vaginal". Sin embargo, las relaciones sexuales pueden provocar un cambio en el pH, alterando el equilibrio de estos microorganismos y favoreciendo su proliferación.
    • Evolución: curable.
      En los genitales femeninos hay un conjunto de microorganismos que viven en ellos manteniendo un equilibrio. Debido a las relaciones sexuales, especialmente con personas nuevas, este equilibrio puede romperse por un cambio en el pH. En este momento, estas dos bacterias pueden colonizar la flora vaginal y provocar una secreción anómala en el tejido vaginal.
  • Enfermedad inflamatoria pélvica, uretritis, vulvovaginitis y otras manifestaciones genitourinarias.
    • Agentes etiológicos:
      • Mycoplasma hominis y genitalium
      • Ureaplasma parvum y urealyticum

        Ambas son bacterias anaerobias facultativas que forman parte de la microbiota urogenital o del conjunto de microorganismos que habitan en la zona urogenital.
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión sexual, es decir, por secreciones genitales.
    • Evolución: curable.

      Suelen encontrarse en la microbiota urogenital de los adultos sexualmente activos. Pueden ser asintomáticas o provocar diferentes manifestaciones y gravedad, como enfermedad inflamatoria pélvica, uretritis (inflamación de la uretra), vulvovaginitis (inflamación o infección de la vagina y/o la vulva, la parte externa de los genitales femeninos) y otras manifestaciones extragenitales.
  • Diarrea y otras manifestaciones gastrointestinales:
    • Agente etiológico:
      • Campylobacter sp: bacterias gramnegativas, en forma de coma.
      • Shigella sp: bacteria gramnegativa, en forma de bacilo.
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión orofecal, es decir, por ingestión de materia fecal de una persona infectada.
    • Evolución: curable. 
      Síntomas diarreicos y gastrointestinales que pueden resolverse espontáneamente.

Víricas: causadas por virus

  • Herpes genital
    • Agente etiológico:
      • Virus del herpes simple (alfa) tipo 1
      • Virus del herpes simple (alfa) tipo 2
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión sexual, es decir, a través de las secreciones genitales.
      • Transmisión por todos los fluidos corporales, como la saliva y la orina.
      • Transmisión por contacto con lesiones infectadas.
      • Transmisión por contacto piel con piel con piel infectada, incluso si no hay lesiones visibles.
      • Transmisión vertical o maternoinfantil durante el parto.
    • Evolución: cronificación.
      Puede ser asintomático, presentar lesiones en mucosas o puede provocar infecciones graves en personas inmunodeprimidas, es decir, con el sistema inmunitario y de defensa comprometido.
  • Hepatitis
    • Agentes etiológicos:
      • Virus de la hepatitis A (VHA). Hay 7 genotipos, 4 que infectan a los humanos, todos con características similares.
      • Virus de la hepatitis B (VHB). Hay 8 genotipos, 4 principales, todos con características muy diferentes que caracterizarán las distintas gravedades.
      • Virus de la hepatitis C (VHC). Hay 7 genotipos y 67 subtipos, todos con características diferentes.
      • Virus de la hepatitis D (HDV). No es un virus en sí mismo, sino que es una partícula subvírica o un satélite del VHB.
      • Virus de la hepatitis G (VHB).
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión orofecal, es decir, por ingestión de materia fecal de una persona infectada por el VHA y el VHE (esta no se contempla en esta ficha porque no cumple con la clasificación de ITS).
      • Transmisión sexual, es decir, por secreciones genitales en el VHB y el VHD; y en relaciones sexuales traumáticas para el VHC.
      • Transmisión parenteral o sanguínea (también a través de cualquier utensilio que pueda contener sangre) en el VHB, el VHC, el VHD y el VHG.
      • Transmisión vertical o maternoinfantil, durante el parto, en el VHB, el VHC, el VHD y el VHG; debido a la posibilidad de contacto sanguíneo, pero es poco frecuente.
    • Evolución: curable en el VHA y el VHC, y cronificación en el VHB y el VHD.
      En el VHG aún se desconoce la evolución. Las manifestaciones y la evolución son muy variables dadas las peculiaridades de cada una.
  • Condilomas o verrugas genitales
    • Agente etiológico:
      • Virus del papiloma humano (VPH): se conocen más de 120 genotipos, 40 de ellos aislados en el sistema genitourinario. El 99 % de estos se han encontrado en el cáncer de cuello uterino.
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión sexual, es decir, a través de las secreciones genitales.
      • Transmisión por contacto piel con piel con piel infectada.
      • Transmisión vertical o maternoinfantil, durante el parto, pero es poco frecuente.
    • Evolución: cronificación
      El VPH se puede encontrar en estado latente, es decir, puede que no presente síntomas, pero es transmisible. Puede o no causar lesiones en forma de verrugas o condilomas (a veces no visibles), y puede o no llegar a desarrollar un cáncer de cuello uterino (o raramente en otras localizaciones). La persistencia del virus es el factor más importante en el riesgo de desarrollar lesiones precancerosas. En la mayoría de los casos, las lesiones se curan espontáneamente.
  • Síndrome de inmunodeficiencia humana (SIDA)
    • Agente etiológico:
      • Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH): retrovirus. Hay dos tipos: el VIH-1 y el VIH-2. Ambos tienen genomas muy similares; ambos están compuestos por los tres genes básicos de la familia de los retrovirus. El VIH-1, causante de la mayoría de las infecciones, es más virulento e infeccioso que el VIH-2, que es menos infeccioso y solo se encuentra en África Occidental.
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión sexual, es decir, a través de las secreciones genitales.
      • Transmisión parenteral o sanguínea (también a través de cualquier utensilio que pueda contener sangre).
      • Transmisión vertical o maternoinfantil, durante el embarazo, el parto y la lactancia.
    • Evolución: cronificación
      Asintomático en estado latente o seropositividad durante largos períodos de tiempo, en los que el virus se replica y puede destruir las células del sistema inmunitario, los linfocitos CD4, haciendo que pierda su capacidad defensiva frente a otras enfermedades oportunistas. La aparición del síndrome de inmunodeficiencia adquirida vendrá determinada por la aparición de estas enfermedades oportunistas, junto con otros tipos de cáncer y otras enfermedades neurológicas que pueden derivar en demencia.
  • Pápulas y nódulos cutáneos
    • Agente etiológico:
      • Virus del Moluscum contagiosum
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión por contacto piel con piel con piel o tejido infestados.
    • Evolución: curable Lesiones autolimitadas, es decir, se curan espontáneamente y no dejan cicatriz.
  • Cuadros víricos variables
    • Agente etiológico:
      • Virus del herpes simple (beta) tipo 5 o citomegalovirus.
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión sexual, es decir, a través de las secreciones genitales.
      • Transmisión a través de todos los fluidos corporales, también de la sangre, la saliva, la orina y las lágrimas.
      • Transmisión vertical o maternoinfantil, y con la lactancia.
    • Evolución: cronificación. 
      Asintomático en estado latente o seropositivo, que puede activarse en una situación de inmunosupresión o debilitamiento del sistema inmunitario. Puede provocar sintomatología gripal leve en personas sanas.
  • Sarcoma de Kaposi
    • Agente etiológico:
      • Virus del herpes humano tipo 8
    • Vías de transmisión: (no hay un conocimiento claro de las vías de transmisión).
      • Transmisión sexual, es decir, por secreciones genitales, especialmente en el sexo transanal.
      • Transmisión a través de la saliva, especialmente en áreas endémicas, áreas donde hay muchas personas que presentan la enfermedad.
    • Evolución: cronificación
      Asintomático en estado latente o seropositivo. Puede provocar tres enfermedades: el sarcoma de Kaposi en la mayoría de los casos, el linfoma efusivo primario y la enfermedad multicéntrica de Castleman, las tres asociadas al virus de la inmunodeficiencia humana, aunque no de forma exclusiva, y con un pronóstico de malignidad.

Fúngicas: causadas por un hongo

  • Candidiasis vaginal
    • Agente etiológico:
      • Candida albicans: hongo en forma de levadura, patógeno oportunista, es decir, que causará daños debido a una situación de inmunodepresión o disminución de las defensas, que forma parte de la propia microbiota de la persona y de los tractos respiratorio, gastrointestinal y genitourinario.
    • Vías de transmisión:
      • No existe una vía de transmisión, ya que estos hongos ya forman parte de la flora vaginal, pero las relaciones sexuales pueden alterar su equilibrio debido a un cambio en el pH, lo que favorece su proliferación. También pueden proliferar más de lo necesario cuando se toman antibióticos o en caso de tener un sistema inmunitario comprometido.
    • Evolución: curable.
      La candidiasis puede producirse en muchas partes del cuerpo: el tubo digestivo, la piel... e incluso puede provocar una infección generalizada en personas inmunodeprimidas. En el caso de los genitales femeninos, ya coexiste en equilibrio con el resto de la flora urogenital. Debido a las relaciones sexuales, especialmente con personas nuevas, este equilibrio puede romperse por un cambio en el pH. En este momento, estos hongos podrían colonizar provocando una secreción anómala en el tejido vaginal, picazón y molestias al orinar.

Protozoarias: causadas por un protozoo

  • Tricomoniasis:
    • Agente etiológico:
      • Trichomonas vaginalis: protozoo flagelado que parasita o invade las vías urogenitales.
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión sexual, es decir, a través de las secreciones genitales.
      • Transmisión vertical o maternoinfantil, y con la lactancia.
      • Transmisión por contacto a través de objetos húmedos infectados, como esponjas o utensilios de baño.
    • Evolución: curable.
      Picazón, supuración e inflamación de la zona genital. Puede complicarse hasta el punto de aumentar el riesgo de cáncer.
  • Diarrea y otras manifestaciones gastrointestinales
    • Agentes etiológicos:
      • Entamoeba histolytica: protozoo parásito anaeróbico con forma de ameba, es decir, irregular y cambiante.
      • Giardia lamblia: protozoo flagelado.
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión sexual, es decir, por secreciones genitales, especialmente en el sexo transanal.
      • Transmisión orofecal, es decir, por ingestión de materia fecal de una persona infectada.
    • Evolución: Curable. 
      En el caso de la Giardia lamblia, puede ser asintomática, especialmente en niños y adultos de áreas endémicas, es decir, áreas donde hay muchas personas que tienen la enfermedad. Ambos presentan cuadros diarreicos y gastrointestinales que pueden resolverse espontáneamente o durar semanas y meses en ausencia de tratamiento. 

      En el caso de la Entamoeba histolytica, puede producir úlceras supurativas en el colon o afectación hepática.

Ectoparasitarias: causadas por ectoparásitos (organismo que vive en la superficie de otro al que parasita)

  • Sarna
    • Agente etiológico:
      • Sarcoptes scabiei: Ácaro con 4 pares de patas con el cuerpo no segmentado, es decir, no dividido.
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión por contacto piel con piel con piel o tejido infestados.
    • Evolución: curable.
      Picazón y enrojecimiento de la piel.
  • Ladillas o pediculosis púbica
    • Agente etiológico:
      • Pthirus pubis: insecto anopluro (tipo de piojo que se alimenta de la sangre del hospedador) de color amarillento redondeado.
    • Vías de transmisión:
      • Transmisión por contacto piel con piel con piel o tejido infestados.
    • Evolución: curable.
      Picazón e irritación de la piel como resultado de rascarse involuntariamente.

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Última modificación: 08/08/24 11:58h

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